
Milenka Maldonado porta una mochila artística de la más completa, habiendo complementado tres disciplinas en su trabajo: el teatro, la música y la poesía.
Ella es kurruf, que significa viento en lenguaje mapuche. A Milenka le encanta autodefinirse como un viento que se adapta, se mueve y crece. Ella es una artista polifacética que entiende la poesía, la música y el teatro como una herramienta para transmitir a la gente historias, realidades y problemáticas sociales. La temática de su trabajo se centra en la situación del pueblo mapuche en Chile y la necesidad de llevar el arte a aquellos recónditos lugares donde ni siquiera llegan los recursos más básicos.
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Milenka tuvo su primer contacto con el arte gracias a su abuelo, quien le inculcó la sensibilidad poética que existía en la naturaleza mientras paseaban por el campo. A ella le fascinaba el momento en el que ambos llegaban a la punta del cerro caminando para descubrir de dónde venía y hacia dónde iba el agua que corría por allí.
Milenka proviene del sur de Chile, de la región de Bío Bío, tierra mapuche. Aunque asegura que al principio su estancia en España sólo iba a ser una corta temporada, reside en Madrid desde hace ya 13 años. Durante años esta artista se ha dedicado de manera profesional al teatro, realizando giras con una importante compañía por Latinoamérica. La poesía ha sido una fuerte constante en su vida, hasta el punto de consolidar una banda poético-musical conocida comoTejiendo Almas.
Esta artista ha convertido su pasión en reivindicación y desde aquí le damos la bienvenida, ¡pues Milenka ya forma parte de Mobs!
DEL BÍO BÍO A MADRID
Escribo poesía y hago teatro desde la cosmovisión mapuche para fomentarla
P: Milenka, ¿qué te inspiró a la hora de decantarte por lo artístico?
R: Fui muy afortunada porque desde muy pequeña me di cuenta de lo que me gustaba. Mi abuelo era poeta y me enseñó a leer y a escribir leyendo sus versos. Yo vivía cerca del río Bío Bío y veía que su desembocadura en el mar tenía connotaciones muy poéticas para mí. Esta región de la que te hablo es tierra mapuche; los indígenas tienen la idea de que uno está en comunión con todo el cosmos y le dan mucha importancia a la fuerza de la unión entre diferentes los puntos. Esto me encanta, por lo que escribo poesía y hago teatro desde la cosmovisión mapuche para fomentarla. Me gustaría poder recitarte un poema con respecto a eso mismo (comienza a recitar y a interpretar los versos):
Caminando caminé caminos frágiles que me llevaron a un cerro… ¡qué suerte tuve! Pude oír al río. Cantando llegó hasta mar… ¡Qué bello es ser dulce y mezclarse con la sal!
P: ¡Le pones muy buena interpretación a la lectura! ¿has estudiado teatro?
R: Sí. Yo estudié la carrera de Arte Dramático en la Universidad de Chile y de ahí me fui a vivir a Buenos Aires. Durante dos años estuve en una gira llamada Encuentro en Movimiento con otras cinco compañías de teatro. Solíamos actuar en los valles y pequeñas localidades donde vive gente indígena o personas que, por sus escasos recursos, no tienen acceso al teatro. Ese viaje me abrió mucho la mente y justo después se me presentó la oportunidad de ir a Madrid, donde continué con mi trabajo.
P: ¿Cuándo comenzaste tu carrera artística con la poesía?
R: Desde hace mucho participaba en jams de música tanto en España como en Chile. En estos encuentros comencé a entrar en contacto con músicos que quisieron trabajar conmigo y mis poemas. Muchos de los poemas que utilizo están escritos por mi hermano, un poeta reconocido en Chile, y una parte de ellos los escribo yo misma. Finalmente me rodeé de muchos músicos y comencé a darle forma a lo que sería mi trayectoria artística en el campo de la poesía.
“EL PATIO DE MI AMIGA”
Creo que hay que llevar el teatro, la música y la poesía a la cotidianidad de cualquier espacio para que todo el mundo pueda disfrutarlo
P: En tu trabajo fusionas música, teatro y poesía. ¿Qué quieres aportar con esta sinergia?
R: Uso el arte como una herramienta para trasladar a la gente a otro lugar. Desde la cotidianeidad de cualquier espacio a la problemática social del pueblo mapuche. A través del teatro, la música y la poesía hablo de las guerras que están viviendo los indígenas, de la gente de Chile con pocos recursos que no recibe ningún tipo de ayuda, de la centralización de los recursos en Santiago mientras que en el sur del país apenas llega nada… ¡Ni siquiera las obras de teatro! Si la gente del sur tuviera un mejor acceso a la cultura podría enriquecerse de ello e incluso participar, y creo que eso al gobierno no le interesa.
P: ¿Y cómo trasladas tu trabajo artístico a esa cotidianidad de la que hablas?
R: En el caso del teatro, actualmente estoy en un grupo llamado Dramatizadas que se enmarca dentro del teatro político. Debido a la pandemia nos han cerrado los teatros pequeños donde solíamos actuar y ahora hacemos lecturas dramatizadas en el patio de casa de una de nuestras amigas. En este espacio invitamos a la gente para que venga a vernos y pasamos la gorra. La idea de todo esto es hacer arte desde lo cercano, como es el patio de una casa, sin que haya necesidad de comprar entradas caras. Así rompemos con las dinámicas elitistas del teatro. Creo que hay que llevar el teatro, la música y la poesía a la cotidianeidad de cualquier espacio para que todo el mundo pueda disfrutarlo.
P: Respecto a tu bandaTejiendo Almas, ¿con qué propósito nació?
R: Hace dos años concebimos esta banda poético-musical con el objetivo de fusionar mis poemas —y los de mi hermano— con los sonidos, colores y tonos mapuches. Yo toco un instrumento que te voy a mostrar (saca un instrumento) que se llama trutruca y que utilizan los weychafe, los guerreros mapuche, para llamar a la reunión (lo toca). En los conciertos de Tejiendo Almas abrimos siempre con este instrumento.
P: Veo que tienes mucha experiencia en el mundo artístico, ¿hay alguna anécdota que quieras compartir con Mobs Nation?
R: Una vez en Budapest me invitaron a hacer una colaboración con una banda folclórica chilena que me encanta… ¡No me lo podía creer! Era como un sueño salir al escenario con ellos. Pero antes de actuar me rompí toda la uña del dedo gordo del pie (emula un sonido de dolor). Quedaba una hora para salir al escenario y yo, sin apenas poderme mover, me vendé el dedo, me calcé unas botas gigantes y me fui cojeando al escenario. Tenía tantas ganas de hacer eso que una vez arriba no sentí nada de dolor… ¡incluso saltaba! Al bajar del escenario me quite las botas y estaba todo lleno de sangre, así que tuve que ir directa a urgencias para recibir unos cuantos puntos.
MOBS, UN DOBLE DESAFÍO
Me gusta Mobs porque permite a los artistas de diferentes ramas poder conocernos, darnos apoyo y compartir nuestro arte.
P: El último poema que escribiste fue un encargo para Mobs, ¿cómo fue la experiencia?
R: Me gustó mucho, aunque al principio supuso un gran reto para mí porque no conseguía inspirarme. Por suerte, el chico que me lo encargó me dio datos interesantes, como que su abuelo era pintor paisajístico, por lo que subí a la punta de un cerro en Madrid e intenté captar el sonido, el olor y la visión de los cuadros de su abuelo. El poema iba dirigido a la madre y a la tía del chico y a éstas les encantó: la madre me envió un mensaje de voz llorando de la emoción tras haber recibido el vídeo.
P: ¿Y cómo te sentiste tras recibir ese feedback?
R: Fue grandioso porque supuso un desafío doble para mí. Quedé muy satisfecha con el resultado y me sentí genial sabiendo que había acertado.
P: Con lo que ha supuesto para ti esta experiencia, ¿qué crees que Mobs Nation te puede aportar como artista?
R: Me sumé a esta plataforma porque creo que es un lugar que me entrega libertad para poder desarrollarme como artista y a la vez conocer los trabajos de otras personas. Me gusta Mobs porque permite a los artistas de diferentes ramas poder conocernos, darnos apoyo y compartir nuestro arte.